Siempre busco por internet antes de ir a un sitio y me sorprendo no encontrar mucha información de valor acerca del sitio, pero aun así decidimos ir.
Lo primero que destaca es que es un sitio bonito y agradable, mesas en la puerta al sol y un comedor con grandes ventanales a la sierra. ¡Empezamos bien!
No tienen muy buena organización y se respira mucho caos entre los trabajadores, preguntamos a un camarero si había mesas libres y nos remito a otro y este otro al de la barra que el pobre no daba a basto. Pasado el caos inicial y con mucha suerte, ya que no teníamos reserva, conseguimos una mesa.
Al sentarnos nos atiende un camarero, que parecía ser el gerente o al menos el más antiguo, no muy amigable, pero que con el paso de la comida se fue soltando, cosa que fue de agradecer.
Nos da una carta, que de primeras nos desubica. Si entras a un sitio que te recibe con jamones y lomo colgados del techo no te esperas ver en la carta salmorejo de cereza, trufas, foie ...etc.
Cuando viene el camarero le decimos que no sabemos bien que pedir y el nos empieza a decir lo que recomienda del día. ¿ De verdad alguien va a la Puebla de don Fabrique a comer garbanzos con langostinos? En fin después de un inicio no muy acertado y de sentirnos perdidos, decidimos disfrutar de la comida fuese como fuese y tengo que decir que la calidad era realmente espectacular.
Migas cortijeras |
carrillera |
Revuelto de huevos con foie |
Salmorejo de cereza con pisto y parmesano |
Steak tartar |
Milhojas con helado de turrón |
Tarta de queso a la inversa. |
Falta foto de un platito con lomo de tabla y unas croquetas de espinacas a las que no se la hice. Pedimos las migas para probarlas, estaban buenas aunque nada del otro mundo. Después vino el salmorejo de cereza, que creo que puedo afirmar que es el mejor plato que he probado nunca. Estaba espectacular.
Seguimos con el revuelto de huevos de corral con foie, muy muy cremoso, creo que se aprecia en la foto, aunque un pelin flojo de sabor y un sabor un tanto artificial. Pero estaba bueno en conjunto.
Y como plato, yo siempre que hay steak tartar no puedo resistirlo y la verdad que estaba muy muy bueno. La presentación fue sublime con varias mostazas, cebolleta, alcaparras y sal , para que le añadas al gusto, cortado a cuchillo como tiene que ser.
Yo no probre la carrillera pero decían que estaba muy tierna y sabrosísima.
Luego vinieron los postres, fue muy gracioso. ninguno de los de la mesa somos de postre, asi que cuando el camarero nos dijo que si nos traía el postre especial dijimos que no y el señor insisto, si si para compartir y nosotros que no y el señor insistía que si y bueno desistimos, que haga lo que quiera. Menos mal que no nos hizo caso, los dos estaban muy ricos, pero la tarta de queso era genial, estaba muy cremosa y con muchísimo sabor.
Tengo que decir que en ningún momentos me falto vino en la copa, el camarero decía "que no decaiga la fiesta" y ponía más vino.
Tocamos a 40€ por persona y la verdad que salimos encantados, y seguro que volveremos.
PD: Si vais por allí prohibido perderse el salmorejo y la tarta de queso, lo demás os dejo elegir.
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